Una exposición antológica de la obra de Gustavo Pérez Monzón se exhibe en el segundo piso de la Colección de Arte Cubano en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Incluye dibujos e instalaciones, algunas de ellas, emblemáticas; así como obras site-specific, realizadas en los años ochenta, reeditadas especialmente por el artista a propósito de esta muestra antológica, que reúne un total de 76 exponentes de distintos períodos creativos del artista. El marco temporal abarca desde 1979 hasta finales de la década del 80.
La exhibición se inserta en la Duodécima edición de la Bienal de La Habana. Es el resultado de una colaboración entre CIFO Europa/Cisneros Fontanals Art Foundation y el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Las obras pertenecen a la Colección Ella Fontanals Cisneros.
La producción artística de Pérez Monzón se exhibió en varias muestras colectivas desde finales de los años setenta: Pintura fresca, Volumen Uno, Sano y Sabroso, De lo contemporáneo y Trece artistas jóvenes, entre otras. Su primera exposición personal, Luna Llena, conjuntamente con Ricardo Brey (1980), tuvo lugar en la Casa de Cultura de Jaruco; al año siguiente expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes su Serie A. Serie B. Su obra formó parte del envío cubano al Salón de Mayo y la Bienal de París (1982). Su relevancia nacional e internacional se describe en el libro New Art in Cuba (1991), de la autoría del artista y crítico germano-uruguayo Luis Camnitzer.
Pérez Monzón, quien fuera uno de los artistas participantes de la mítica exposición Volumen Uno (1981), dejó de pintar a finales de los años ochenta, por decisión propia. Una gran parte de su vida profesional la ha dedicado a la enseñanza artística. Reside en México desde principios de los años noventa donde dirige la Academia Morelense de las Artes, en Cuernavaca, México.
Su quehacer artístico se inscribe dentro de la tradición conceptualista, al tiempo que es heredera de la abstracción geométrica, el expresionismo abstracto y el espacialismo de Lucio Fontana. Se interesa por sintetizar diversas referencias dentro de una propuesta artística muy personal, que se concentra en las matemáticas y en la numerología como puntos de partida. Al respecto, el autor ha comentado:
En sentido general creé obras que funcionaran como sistemas sostenidos por un orden lógico y que, a la vez, fueran percibidas emocionalmente, con toda la arbitrariedad y profundidad que permite una obra de arte. (…) No veo que las obras que hice estén hechas sobre parámetros asociados a la ciencia o la técnica, sino sobre conceptos aritméticos o, más bien, sobre conceptos numerológicos. En la numerología, los números no expresan solamente cantidades, encierran también significados y, por ende, relaciones que le dan un ordenamiento.
Ilustrado con imágenes de todas las obras, esta exposición cuenta con un catálogo de 180 páginas, publicado por CIFO Cisneros Fontanals Art Foundation, que será presentado próximamente. Con un texto introductorio de Ella Fontanals Cisneros, la publicación incluye ensayos de Néstor Díaz de Villegas y Corina Matamoros, respectivamente; una minuciosa selección de fotos de archivo, así como una entrevista al artista, realizada por los curadores Elsa Vega y René Francisco Rodríguez.