¡PASE!

Como si todo se tratara de disturbio y colaboración, acabo de conocer a un hombre que no conocía

/ 22 noviembre, 2018

 

¿Cómo está el agua?[1]

¡PASE! como disturbio, irrupción, eclosión. ¡PASE! como incertidumbre, fracaso, laboratorio. El eco de ¡PASE! es su sentido multiforme, colaborativo y transdisciplinario. ¡PASE!: Poesía, Arte y Sonido Experimental, palabras que nombran un espacio de búsqueda artística basado en el procedimiento de escritura-grafía-poética, producción sonora, escucha, y la performatividad de dichos gestos. La iniciativa de Arte Continua, conceptual y temporalmente cruzada con la exposición ¿Cómo está el agua?, ha sido uno de los espacios de relación / interacción más provocadores del 2018.

¿Cuál es tu forma de producir sonidos?

Entre las agudezas de ¡PASE! consta la concepción de la “huella”, cada sesión es revivida a partir del video-resumen, podcast y journal. En el concepto general del programa, curado por Luisa Ausenda y Sonia Belfiore, es notable cómo hicieron consciente el ejercicio de recopilación de actos efímeros y performativos. Me viene a la mente una novela recién leída de Annie Ernaux en la que ella revive los últimos años de su madre a partir de apuntes inconexos. De algún modo, mi operación para hablar de ¡PASE! no pretende más que devolver las anotaciones, reflexiones e involucraciones que vienen de mi relación con la “huella” y con la propia concepción del espacio. Entendiendo la “huella” como una zona creativa autónoma, mi propuesta es articular un recorrido por los disturbios de ¡PASE! desde los restos y sus ficciones. La “huella”, como el sonido, siempre es una escapatoria.

 ¿Cuándo ruido y cuándo silencio?

Reparteros, repentistas, cantantes de ópera china, dicho así, podría parecer que se trata de epatar “sonoramente” a partir de la involucración efectista o sensible con formas de representación. Sin embargo, lo sugestivo es que cada sesión inspiró un tipo de diálogo con el sonido, la escucha y la relación del artista o colectivo mediante el fenómeno de la colaboración. ¿Cómo distinguir en las “huellas” de la colaboración mecanismos menos fantasmagóricos y más vitales, cómo representar las experiencias que constituyen ¡PASE!? Titubeo, precisamente, porque ¡PASE! no es un aparato solidario (que reparteros, repentistas, cantantes de ópera china y niños participen no lo hace solidario), sino un modelo de gestación colaborativa en el que todo es posible, he ahí la generosidad de esas presencias.

De este modo, ruidosos y silenciosos, los artistas convocados por ¡PASE! inciden en el imaginario con la propensión a lo reflexivo y conspirativo: se reflexiona sobre el lugar de la experimentación y se conspira contra el estatismo de fórmulas de presentación y exhibición artísticas.

¿Cuál es el sonido del aplauso de una sola mano?

Un Titiko & Kaneca fueron invitados a la Sesión I y su aparición contiene la morbidez de dialogar con el fenómeno del reggaetón, su propagación y emergencia. Depositar en el escenario de Arte Continua la rebelión del reparterismo, su lenguaje autárquico y pegajoso, me parece un dispositivo eminentemente político. Leandro Feal pone en evidencia, sin tapujos, el derrame desmedido de la música que producen y distribuyen alternativamente estos artistas: expandida por todas partes. Asimismo, presume sobre la demonización de esa práctica presentándola con la exquisitez de su foco en un programa de “arte contemporáneo”. No sin cierto cinismo o erotismo, Noche de reyes fue un concierto regalo que subjetivizó valores como censura, cultura y cadera. Tres nociones vociferantes sobre el contoneo, las crisis y dilemas del contexto cubano.

Ricardo Sarmiento y Alejandro De La Torre colaboraron en Reflexión, una búsqueda aleatoria, a partir del deseo de despertar un sonido visual y la interacción lúdica con la memoria. Para ello condicionaron la singularidad de un sonido, especialmente la voz, vista en una proyección azarosa (video mapping) que dialogaba a su vez con las obras de ¿Cómo está el agua? y la de Anish Kapoor Cuando estoy gestando. Del espacio tecnológico y sensible recreado me interesó escuchar el podcast de esta sesión porque el fenómeno de recepción y construcción del dispositivo generaba curiosidad y una mirada crítica en el espectador. La contaminación de actos de habla sobre la mirada, la sensación de proximidad entre la pieza proyectada y la enunciación, la duración del juego.

Eye movements can direct the sound, la sesión de Esteban Bruzón y Luis E. López-Chávez fue modélica sobre los presupuestos de ¡PASE! La idea de graficar el espacio sonoro de orden, apropiación y ensamblaje de objetos, amplificada y mezclada in situ, despertaba un relato sensorial sobre lo construido. En términos de lenguaje, la decisión de usar los poemas de Luis E. López-Chávez y la evidencia de esas palabras en el dispositivo creado, aportaba un esquema de continua escritura y modificación en presente. La producción sonora y de un espacio de trabajo como laboratorio de ejercicio transdisciplinar que exploraban lo sensorial de su constitución, hicieron del performance una sofisticación del acto cotidiano: todo lo que se construye resuena y no siempre este sonido es invisible.

Balada Tropical comparte su sesión con un grupo de repentistas en Cañas y Palmas. A partir de la improvisación con frases tomadas del libro Folia Continua, la representación de lo que ellos han visto en la galería, composiciones musicales como la “controversia” o “seguidilla”, propician la demostración de esta forma poética y popular, asociada al espacio rural. Participación, revitalización de una noción de autoría al ceder ¡PASE! a otros y dejar que la tradición de la décima improvisada tome un lugar de “instauración”, la crítica a la centralización de una práctica popular, son algunos de los matices políticos de Cañas y Palmas. La exploración, en contraste con Noche de Reyes, privilegia el saber poco reconocido que implica la improvisación y la métrica de la décima popular, cada vez más dilapidada por una imagen costumbrista y poco profunda. Se despierta un observatorio sensible del dinamismo y la complejidad del repentismo.

En la ruta de Fluxus se invitó a niños a compartir una investigación sobre la performatividad del piano como cuerpo y resonador natural que ha obsesionado a Sunlay Almeida Rodríguez como compositora y artista transdisciplinar. A partir de un acercamiento a Beethoven los niños interactuaban con el instrumento y llevaban su música a un espacio de descubrimiento y experimentación. La idea del taller y el goce de pensar la composición y la relación física con el piano fueron primordiales en el procedimiento.

La sesión VI: La última ópera china -una colaboración mía con Viviana Ramos- fue un proceso de diálogo y homenaje a dos artistas que aprendieron a cantar en cantonés en el Águila de Oro, actual sede de Arte Continua. Caridad Amarán de 87 años, y Georgina Wong de 89, cantaron fragmentos de Wong Pou Ching, ópera que interpretaron siendo adolescentes. La primera fascinación ante ellas fue la relación a destiempo con la memoria del Barrio Chino. Desde un proceso autopoético atravesamos la historia, los testimonios y la memoria de ambas mujeres, en un cuestionamiento sobre la creación de una obra que está condenada a desaparecer. Un proceso de traducción imaginado en un poemario, un slam de esa escritura en los antiguos camerinos del teatro, un recorrido auditivo por el espacio y una video-documentación. Sin embargo, el gesto crucial era que Caridad y Georgina cantaran en cantonés en el lugar donde se formaron en una de las tradiciones más codificadas y preciosistas del mundo, y ahí hablaron ellas del futuro, cuando más uno piensa que la tradición se extingue, ellas exigen pensar en el futuro.

 ¿Cuál es el sonido que te hace viajar en tu memoria?

Para la vida futura de ¡PASE! pienso que el cuidado corresponde al aseguramiento técnico, la apertura de las sesiones en un espacio de presentación o discusión, semejante al programa alternativo que se sostuvo semanalmente con los artistas de la exposición ¿Cómo está el agua? y aportaría la idea de “residencia ¡PASE!” para aclarar la relación más procesual de los artistas convocados.

Para quienes concibieron ¡PASE! este fue un primer ensayo de cómo construir colectiva y temporalmente una mirada sobre lo que significa colaborar y experimentar. Desde esta simpleza, las sesiones articulan –lo que debería desarrollarse en un ensayo más exhaustivo- un desajustador espacio de discernimiento sobre sonido y escucha. En la diferenciación de cada sesión también subyacen semejanzas e intersecciones, espacios de apreciación y memoria compartidos, misticismo y singularidad.

 Recomiéndanos un artista que deberíamos escuchar ahora mismo

En estos momentos, debido a la reparación del sistema de gas de Centro Habana, se extiende por todo Rayo, y recientemente por la avenida Zanja, un agujero propagado. Esta franja, a la entrada de Arte Continua, me llama mucho la atención. El azar y la “reparación” urbanística, la “sustitución” de las tuberías y sus desastres, la franja umbral de la “galería”, no son imágenes serenas. Los sonidos de los taladros y el polvo que se esparce coreográficamente, las señaléticas de “HOMBRES TRABAJANDO”, la agresividad de un paisaje, lo reaccionario de su hacerse, el estadío intermedio (se abre el asfalto para la “reparación”, ¿se reparará algo?), esta sensación me hace pensar en ¡PASE! y su “huella”. Luego de algunos meses las calles serán cerradas, tuberías sustituidas, vías de tráfico sin aparentes problemas y ¿qué quedará de ¡PASE!?, un estado de sacudida, una pulsión de comunidad creativa, un caos intermedio.

Insisto en la franja, su continuidad, su fronteriza proposición. Insisto en ¡PASE!, su disturbio necesario, germinal. Pienso en la imagen del hombre levantando con una pala la pequeña montaña de tierra, me parece una imagen hermosa, una suerte de aforismo. ¡PASE! no es ni la pala ni la montañita graciosa, es el gesto de trabajo que moviliza a este hombre misterioso, su sudor, lo sucio que va a quedar después de hacer ese agujero, lo solitario que parece, la claria que se va a comer esta noche escuchando a Un Titiko & Kaneca, la mesa de su casa que tiene una pata coja, la máscara china de su abuelo, la sordera de su oído izquierdo, el piano desafinado y decorativo. Esta escena ocurriendo exactamente ahora. No hay que esforzarse para percibirla, escucharle respirar.

 

[1] Preguntas tomadas del cuestionario para los artistas sonoros que intervinieron en el programa, por Esteban Bruzón, quien, junto con Luisa Ausenda y Sonia Belfiore, concibió ¡PASE!

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