Obsesiones y acumulaciones: el gabinete del artista.

Un proyecto del Estudio Figueroa-Vives y la Embajada de Noruega

/ 10 abril, 2019

Como parte de los eventos colaterales de la XIII Bienal de La Habana, el Estudio Figueroa-Vives y la Embajada de Noruega presentan este jueves 11 de abril, a las 8:00 pm, el proyecto Obsesiones y acumulaciones: el gabinete del artista, con curaduría de las especialistas Cristina Vives y Cristina Figueroa.
El mismo estará conformado por el Kabinett Sector, presentando a los artistas Alexandre Arrechea, Alejandro Campins, Javier Castro, Jacqueline Maggi, Fidel García, Alejandro González, Lorena Gutiérrez y Fernando Rodríguez. A su vez, dentro de un Special Projects, tendrá lugar El rostro de la nación, de Alexandre Arrechea, con banda sonora original de Pável Urquiza, y música en vivo de percusionistas invitados “San Cristóbal de Regla” (con presentación única el jueves 11 de abril, 8:30-9:30 pm, en los exteriores de la Embajada de Noruega); y El muro de los lamentos, de Fernando Rodríguez (instalación en el área exterior del Estudio Figueroa-Vives).
Sobre las líneas conceptuales de Obsesiones y acumulaciones: el gabinete del artista, compartimos con ustedes algunos fragmentos del catálogo:
Tuvieron que pasar siglos para que el modesto cajón de madera o gabinete, en el que se guardaban pequeños objetos personales y memorias, con o sin valor material, pasara de la simple funcionalidad en la antigüedad greco-latina, a la ostentación en las cortes europeas del s.XVI, y sus contenidos comenzaron a adquirir valores coleccionables. Algo más de tiempo, poder económico y representatividad social bastaron para que el cabinet francés dejara de ser un mueble y se convirtiera en un espacio: el boudoir, que denotaba una arquitectura íntima y exquisitamente concebida, donde se guardaban valores y se protegía la privacidad de quienes los disfrutaban. El boudoir se convirtió luego en un espacio público ─siempre elitista aunque algo más amplio─ para continuar colectando y mostrando objetos valiosos, raros o curiosos, dada su novedad. Siguiendo esta evolución histórica, el gabinete dejó de ser solo un objeto o espacio y se volvió un término, que se fue complejizando con el desarrollo de las estructuras del poder económico y político. Así, ha sido utilizado hasta la actualidad, para indicar tanto a archivos de información u oficinas públicas, como a espacios profesionales y/o científicos; o a grupos oficiales representantes de la política y el Estado. Estamos hablando de más de 5 siglos de propiedad, coleccionismo, conocimiento y poder.
El kabinett de las Ferias de Arte
En años recientes el cabinet francés se transformó en kabinett (ahora por su denominación alemana) y asumió un rol de activo mercantil. Hablamos del Kabinett Sector de las ferias internacionales de arte. Parecería un nuevo cambio de naturaleza del original, pero no, es una transformación sutil e inteligente que lo coloca entre el reservorio de valor que siempre fue y el generador de nuevos valores que ahora es.

Irradió a inicios del s.XXI desde la prestigiosa Basel Art Fair de Suiza y se ha instaurado en sus sucedáneas Art Basel Hong Kong y Art Basel Miami, entre otras. Estos Kabinetts abarcaron desde muestras temáticas colectivas hasta personales y aportaron a la feria, según sus organizadores, “el espacio histórico y de intención educacional con el cual no estaba familiarizada la audiencia”. Todos estos espacios eran definidos como aquellos en los que las galerías “are flexing a curatorial muscle that has been growing steadily rather than remaining pure art dealers”. Y en efecto, todos estos espacios se conciben comulgando con algunas o varias de las características originarias de los gabinetes europeos del s.XVl, simultaneando con las prácticas curatoriales actuales: colectan historias, muestran rarezas o avizoran novedades. Y ofrecen al visitante la sensación de estar invitado a un momento de exclusividad. En realidad, nada es nuevo en la dinámica del mercado.
Las Ferias de arte hoy compiten con las Bienales en frecuencia, organización, planteamientos temáticos, alcance geográfico, objeto de investigación, visitas especializadas, actividades colaterales, popularidad, y entertainment. De hecho las Ferias han hecho mutar sensiblemente el escenario de las artes visuales hoy, ya que las Bienales, como los museos, se ven obligadas a reinventarse para lograr exposiciones que emulen con la preferencia del público que hoy visita casi en igualdad de condiciones a las Ferias de arte y a los parques temáticos. En consecuencia, los dealers de arte optan cada vez más por cerrar sus espacios de galerías y en su lugar, mantienen «gabinetes» o muestrarios comerciales e interactúan online, con más efectividad, entre el taller del artista, los museos y los coleccionistas. Entretanto, los museos, dealers, gestores de Bienales, coleccionistas y artistas se mueven a las Ferias como un ejercicio válido de exploración de terreno y cierre de transacciones artísticas de toda índole, beneficiosos para todos los involucrados.
Los kabinetts de las Bienales de Arte Aunque las Bienales siguen siendo formatos de juicio artístico que se proponen legitimar la creación de sus respectivos contextos, ya no son más las únicas acreditadas.
Sus presupuestos están apoyados en el criterio artístico-académico y pretenden no contaminarse con el mercado del arte, pero en realidad son otras de las crestas del escenario comercial del arte contemporáneo. De hecho, todos sus actores se preparan en cada edición para una confrontación que ya no se desarrolla, únicamente, en el terreno de las ideas. Cada vez más las Bienales de Arte Contemporáneo ofrecen una plataforma plural para que los elegidos y los no elegidos se presenten y litiguen en un plano de igualdad exponencial, es decir, de presencia y de coexistencia.
El escenario del arte contemporáneo internacional es tan extendido y a la vez global que resulta imposible hoy en día que la acción de una institución bienal y sus curadores tracen monopólicamente sus derroteros. Ya no son la tabula rasa de valoraciones. Por el contrario, y en ello estriba su mayor y beneficiosa influencia, las Bienales se han ido constituyendo en momentums propiciatorios, o provocadores, para que el arte y los artistas y sus múltiples gestores sean los protagónicos.
Es quizás por ello que las Bienales y las Ferias de arte se nos parecen hoy en día; porque interaccionan y toman prestados algunos de sus anteriores preceptos y modus operandi. Al final de la jornada, estamos hablando casi de lo mismo, aunque con nomenclaturas diferentes, y muchos de sus objetivos ya casi no se diferencian. Por el contrario, se retroalimentan.
Obsesiones y acumulaciones: el gabinete del artista quiere recordar el gabinete original, pequeño y abigarrado, lleno de obras sin aparente concierto; pero también parecerse al Kabinett de las ferias, seleccionando fragmentos de historias o investigaciones en proceso, ahora expuestos a la novedad del mercado. Obsesiones… comparte a su vez el espíritu curatorial de las bienales, que se esfuerzan por avizorar lo que otros espacios de arte también vieron.
Art OnCuba agradece al Estudio Figueroa Vives, la Embajada de Noruega y a los organizadores del proyecto por hacernos llegar la información, y extiende la invitación a todos a visitar esta interesante muestra dentro de los marcos de nuestra XIII Bienal.

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