Intersecciones Habana- Portland

/ 23 marzo, 2016

                     Tiembla una rama

en el agua: su sombra

sobre la orilla[1]

Bajo esta denominación confluyen seis creadores cubanos en Portland. En esta encrucijada los hemos colocado a dialogar, para establecer señales que al mismo tiempo los unan y los distingan. Hay en ellos un ánimo de escritura reflexiva ante la realidad que habitan, palpada con inquietud y una suerte de sosiego donde se trastocan la languidez y la quimera.

Las vibraciones que se generan en los discursos refieren a instancias que discurren por lo social, lo político, lo ético, lo antropológico, a partir de una experimentación que los articula en la utilización de soportes disímiles como la instalación, el performance, la pintura, la fotografía, el cuerpo, el objeto, el collage, el enviroment, lo escultórico, el reciclaje, el diseño, el video o el dibujo que sirven de medios cuyas fronteras se desvanecen y devienen herramientas metodológicas para externar sus especulaciones.

En todos hay una vocación de entendimiento de su lugar en el planeta, por lo que relatan sus preocupaciones en el tejido que se va estructurando con todo el imaginario y acervo culturales que edificaron la plataforma de lo que hemos sido y somos hoy. Ellos constituyen un grupo de jóvenes formados académicamente en la Universidad de las Artes de Cuba (ISA), y se proyectan en un entorno simbólico que asumen con todas sus bondades y falencias.

La interdisciplinariedad enriquece cada idea concebida. Asimismo, son ganancias,las variaciones sustanciales de las operatorias que en las artes visuales han cedido territorio a diversidad de elementos, sonoros u olfativos como ingredientes constitutivos de las propuestas y han ido ensanchado el espacio creativo que interpela al receptor. Muchas de estas formulaciones tienden a la desmaterialización y a la despersonalización del sujeto, sin embargo, edifican ciertas analogías con configuraciones de organismos vivos. Existe, además, una vuelta a lo micro social que cada artista engendra para su aterrizaje en una naturaleza mayor.

Aun cuando repasen y comenten episodios hostiles de su contexto más cercano y de la contemporaneidad, lo hacen desde una perspectiva muy sensual y sensorial. Toman del reservorio de la Historia del Arte, de la Historia, de la Literatura y mucho del pensamiento oriental que queda al descubierto en el uso de recursos mínimos para el completamiento del gesto, en la huella del tiempo, la infinitud, la trascendencia, la inmanencia, el vacío, el aquí y ahora.

A Adriana Arronte le interesa la redimensión del objeto para hacer comentarios plurales a partir de las relaciones que instaura con ellos. En ese proceso se ensaña en su materialidad, alterando la función básica para cuestionarla idea del contenidismo en la llamada obra de arte. El objeto se desnaturaliza y la funcionalidad se vacía, la acción de observar o tomar se define en su propia incomplitud. La manipulación, la conductividad o la distorsión construyen principios para la comprensión, de igual manera, hace uso de la cita, del lenguaje publicitario, de estilos y tendencias tomando cualquier componente que le permita integrar similitudes para la transmisión del mensaje.

Para Elizabeth Cerviño la práctica artística es reconocida desde un escenario espiritual, físico y contemplativo. Asume el espacio como ámbito para redimensionar la grafía de permanencia que escudriña en cada gesto. Sus piezas hacen gala de una visualidad quebrantable y una marcada ritualidad para estructurar una zona inconclusa donde se narra la acción que se vaporiza en la eternidad. Los materiales descifran el sendero de sus actos que el vacío perfila.

Yornel Martínez tiene una propensión hacia el discernimiento del mundo desde una aproximación más cercana a los preceptos de la cultura oriental. Su poética mesurada puede ser construida desde la retórica del texto para diseñarlo morfológico, como lo evidencia el uso de caligramas. Utiliza imperceptibles estrategias para hablar de grandes infinitos, cualquier elemento deviene material expresivo para sus indagaciones, el agua, una palabra o la energía pueden remitirnos a lo intangible que define lo inherente de la trascendencia.

La producción de Rafael Villares se propone fundar su noción de paisaje. Nos obliga a recapacitar en la necesidad de comprender el concepto de este género, rebasando el propio campo de donde se forjó su tradición; no sólo, por la imagen que apreciamos, sino, por la manera en que elegimos y delimitamos la mirada. Sus trabajos resultan ordenaciones vivenciales, cartografías que ensayan las ideas para su revelación. El principio de interacción es inherente al paisaje que formula, en el que intenta transformar la observación y el descanso en conducta y experiencia. El interés por el tema es una constante aunque lo utilice como pretexto para platicar de otras contingencias. Subvierte el efecto que producen los sentidos, desautomatizándolos para ser integrados como unicidad.

Susana Pilar Delahante realiza proyectos transdisciplinarios focalizados enel sujeto social aprovechando las conexiones que cimenta entre el arte y la ciencia. La autorreferencialidad viabiliza sus simulaciones simbólicas para criticar la condición discriminatoria hacia la mujer donde asienta un desafío entre la muerte y la violencia. Opera las imágenes reales de sus fotos edificando escenas con sus reminiscencias. La representación de lo real y lo que supone como real, expresa la relevancia de la traza de lo ausente como entidad tangible; la inmanencia en lo sicológico y en los procesos del cuerpo activan la participación del público.

Reynier Leyva manifiesta una atracción por la huella de la Historia desde la memoria y la vacuidad que esta genera; explora la posibilidad de lo imposible, descubre el relato sobre ella. Sus trazados pudieran aproximarse a ciertas aristas de la estética de los ochenta en las artes visuales cubanas por su preocupación en instituir un diálogo crítico de la lectura de la Historia de Cuba mediante disímiles artilugios. Sus acciones se descubren como documentos que reescriben los hechos a través de sospechas, desconciertos y fragancias que nos revelan sus sutilezas.

Ojalá que esta muestra Intersecciones Habana Portland sea una rama en el agua que reviva en su sombra y su latido resuene en las dos orillas.

Nota: Este texto corresponde a las palabras al catálogo de la muestra Intersecciones Habana Portland, inaugurada el 28 de enero en la Galería de Arte Contemporáneo Ronna and Eric Hoffman en el Lewis & Clark College en Portland. La muestra está integrada por los artistas Adriana Arronte, Elizabeth Cerviño, Susana Pilar Delahante, Yornel Martínez, Rafael Villares y Reynier Leyva Novo.

[1] Jorge Braulio Rodríguez

Julia Grecia Portela Ponce de León

La Habana, 1953. Historiadora del Arte, crítica y curadora. Directora del Departamento de Estudios Teóricos sobre Artes Visuales de la Universidad de las Artes, ISA (1994/2014). Profesora auxiliar y Máster en el campo de la producción realizada desde la América Latina en dicha Institución. Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

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