Entre décadas: continuidades y ruptura

/ 29 diciembre, 2017

“Para el arte no hay mejor reflejo que el del arte”.

Mailyn Mahado

El pensamiento crítico cubano relacionado con el campo de las artes visuales, aún necesita de un estudio que describa su genealogía y evolución. Existen investigaciones que compendian textos de carácter ensayístico y monográfico, valiosas ediciones que dan acceso a muchos de ellos, dispersos en catálogos y revistas, lo que permite trazar el hilo conductor de un movimiento en relación con sus características y regularidades, pero interpretar al propio pensamiento que lo valida, es una ausencia latente.

El libro de la crítica y curadora de arte Mailyn Machado Fuera de revoluciones. Dos décadas de arte en Cuba no tiene ese propósito, sin embargo, la manera en la que está estructurado, las peculiaridades lógicas de su escritura, sustentadas en las dependencias entre lo estético, lo político, lo ideológico y lo antropológico, nos acerca a un arte que evidencia ser algo más que el gesto de lo sensible, e interpretarlo requiere no solo una crítica que se sustenta en la teoría, sino a su vez, en aquella que se interesa por el análisis cultural, situación que nos enfrenta a otro tipo de crítica de arte.

El ejercicio del criterio que la autora ejercita es un valioso aporte de un tipo de mirada que  tiene sus raíces en algunos de los más brillantes pensadores de los años 80 y 90: Gerardo Mosquera, Lupe Álvarez, Antonio Eligio (Tonel), Rufo Caballero y Eugenio Valdés, entre otros; se personifica la continuidad de una corriente de pensamiento caracterizada por la  instrumentación de la estética, la teoría del arte y la crítica cultural, estilos personales de escritura y un interés por anclar dichas teorías en un modelo particular de creación artística.

Los argumentos desarrollados se sostienen no solo en categorías estéticas tradicionales, como las de corte axiológico, sino a su vez, en contenidos que han ido ganando en presencia, referidos a la documentación, la historia, las prácticas relacionales, la autobiografía artística y el archivo. En el caso del documento, este se presenta en calidad de recurso estético y medio artístico, sirviendo de puente entre los contenidos que asume de carácter social e histórico y su transformación en obra de arte. El momento, según afirma Boris Groys, en el que el documento se convierte en arte. Siguiendo a este autor, Mailyn resume las cualidades particulares que adquiere la obra bajo esa condición, en el sentido narrativo y testimonial, cómo la práctica artística se organiza desde otra perspectiva, es otra la dinámica entre espacioy tiempo, otras las diversas vías que adopta el intercambio social, las apropiaciones y refuncionalizaciones de los componentes vivos de la cultura oral, referidos al testimonio y el rumor.

Sus interpretaciones del perfil artístico del documento, ofrecen una visión que se adentra en la creación artística desde la lógica cultural que nos particulariza, siendo este uno de los análisis más atractivos del libro: “…El arte se había convertido en forma de vida. Precisamente porque estas obras reproducían la funcionalidad de dinámicas económicas informales, es decir, su re-utilización creativa de roles sociales en pos de la subsistencia, podían ser consideradas como pura praxis vital. De ahí que el arte para remitir a sí mismo tuviera en la documentación su único resultado.”

Tal perspectiva la complementa con evaluaciones críticas de las obras de artistas jóvenes, entre ellos: Adrián Melis, Jesús Hdez-Güero, Celia y Junior y Grethell Rasúa, esto le facilita sustentar sus consideraciones sobre una producción artística que es continuadora de la tradición del nuevo arte cubano, tratando de comprender la medida en la que ella se ha visto ante la necesidad de remodelar estrategias, respondiendo y adaptándose a las nuevas condiciones del presente.

En su conjunto, las obras comentadas le permiten ir y venir entre décadas, desde apelar a las piezas de algunos pintores: Raúl Cordero y Jorge Luis Marrero, Alejandro Campins, Michell Pérez, El Pollo y Osvaldo González, hasta el acercamiento a creadores que emprenden proyectos relacionales, obras en proceso e instalativas, algunos mencionados anteriormente, junto a Henry Eric, Reinier Leyva Novo, el proyecto pedagógico de la Cátedra de Arte de Conducta, exposiciones emblemáticas realizadas bajo el impulso de dicho proyecto, así como el caso de las referencias a determinados temas vistos desde obras específicas, como sucede con piezas de Wilfredo Prieto y Yoan Capote que toman al dinero como referente.

Es una peculiaridad sobresaliente de este estudio las observaciones acerca de las mutuas dependencias entre acontecimientos nacionales e internacionales, asumiendo riesgos y haciendo predicciones de los síntomas socioeconómicos que tienen implicaciones directas para el arte, entre ellos, el mercado del arte y la vida  de la institución arte en la isla, en consonancia con las posibles posturas de los artistas ante los vaivenes de ambos: “…El desgaste paulatino de la autoridad de la institución artística cubana por su insostenible enfoque económico y su desplazamiento como centro de legitimación para la producción nacional, contribuiría a relegar la gestión hacia la iniciativa privada…”.

Estos vaivenes han generado enredadas estrategias de repliegues y avances sobre la confluencia y acomodo de esos factores: “…El artista es hoy su principal agente. A él quedan referidas, en el mayor parte de los casos, las funciones de gestor, productor y dealer. Él es su propio intermediario y cuando se trata de acontecimientos locales hace las veces de curador…”

A su vez, sus argumentaciones no dejan escapar un campo tan atractivo como el de los video artistas y los realizadores audiovisuales. El conocimiento que de ellos posee le permite desplegar reflexiones que ayudan a comprender las singularidades del intercambio entre registro videográfico, las variantes de la video creación y géneros y formatos que se acercan al cine.

El tipo de narración que sostiene este estudio no es, como sucede habitualmente, cronológica, se comporta de forma rizomática. Los acontecimientos que se interpretan y las obras que se reseñan, no siempre comparten el mismo momento histórico, pues para la autora lo esencial es comprender las sucesiones desde las diferencias, las contradicciones desde las continuidades, siendo esta estructura de tiempos paralelos, la que permite una agilidad que sería difícil de alcanzar desde una perspectiva más lineal, ante tan álgido tema. Esa cualidad rizomática se aplica hacia el interior de cada capítulo, pues las referencias temporales en ocasiones se cruzan, adelantando conclusiones arriesgadas y lúcidas.

La historia reciente del arte cubano es azarosa, está plagada de situaciones en apariencia excluyentes, como aquella que relata referida a los inicios de los años 90, cuando se celebró en Alemania la muestra Kuba O.k. “…que puede considerarse como el primer sumario de arte cubano de los ochenta presentado en territorio europeo…justo cuando en la Isla el movimiento se desintegraba…” Parecía haberle llegado entonces su momento de gloria y de finitud.

Continuidad y ruptura de los años 80, como presupuesto y del año 90 al 2000, como encadenamiento, los vínculos entre realidades socio-económicas y su significado para el arte, son factores esenciales que hacen de este libro un estudio crítico acertado. No se trata de un tratado histórico o de una investigación de corte estético o antropológico, nos enfrentamos a reflexiones que danzan entre décadas con temas y problemas de un proyecto social del cual los artistas se sintieron deudores. ¿Qué sucede en el presente? ¿Qué se ha salvado del espíritu redentor del arte, del compromiso social?  ¿Hacia dónde dirigir las reflexiones críticas? Son incertidumbres que lo atraviesa. Mailyn nos dice: “…Tras haber comprendido que el verdadero fracaso de la vanguardia, extraviada allende los mares, consistió en no reconocer que su territorio había sido el mismo del poder y que por ello no alcanzaría a compartirlo durante mucho tiempo, los nuevos protagonistas del arte asumirían una postura práctica”.

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