El rigor de lo inesperado

/ 15 febrero, 2017

Desde su incorporación a la Escuela Nacional de Arte (ENA) en 1962, Gilberto Frómeta (La Habana, 1946) enrumbó su vocación con acierto. Los estudios preliminares de dibujo comercial realizados en la Continental School, en Estados Unidos, ya le habían definido por la senda de la creación artística. Su graduación en la primera promoción de la ENA (La Habana, 1967), junto a valores prominentes como Waldo Luis Rodríguez y Ever Fonseca, le sitúa entre la vanguardia de esta generación artística.

Audaz explorador de sus posibilidades creativas, su inquieta personalidad le ha permitido no encontrar fronteras entre los diferentes estilos y lenguajes para expresar sus contenidos con entera libertad. Cuando en 1972, el fotorrealismo constituyó una corriente dominante en el campo de la plástica en Cuba, lo asumió de una manera personal. Su imaginación se expande con dominio por los caminos de la experimentación y crea una serie de fotoimpresos, que le dieron a conocer como un destacado experto de esta técnica, utilizando como soportes diversos materiales, que le otorgan vitalidad y expresión a la imagen.

Frómeta pertenece a la nueva generación de creadores cubanos -impelida por la necesidad de indagación en la identidad nacional, denominada “generación de la esperanza cierta” por Juan Marinello- y forma parte de la selección de autores que integra el Salón Permanente de Jóvenes, inaugurado en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), La Habana, en 1976.

Su obra Desde el Río Bravo hasta la Patagonia, expuesta en la colección permanente del MNBA, posee indiscutibles valores artísticos y es reveladora de su capacidad de síntesis, expresada en una composición concebida con excelente sentido del diseño y enaltecedora de los valores que resultan paradigmas de ese período. Esta composición pictórica se destaca por la agudeza del mensaje y el tratamiento audaz de figuras históricas, asumidas desde un prisma reflexivo, mediante un discurso enaltecedor de su significación histórica universal.

Cuando en 1977 presenta al público un conjunto de impecables dibujos, que representan, al unísono, caballos y desnudos femeninos, su discurso alcanzó amplio vuelo poético. Este procedimiento integrador le imprime un sello singular a su estética, al integrar la placidez de los cuerpos humanos junto al ímpetu que sugieren los animales, integrados sabiamente en prolijas composiciones, en las cuales hace gala de su dominio del oficio al expresar su pasión por el dibujo.

La experiencia acumulada en su labor como diseñador gráfico en la revista Cuba Internacional y su posterior inserción como director en la Escuela Nacional de Diseño, no le impidieron vislumbrar que debía encauzarse hacia la especialización. Se matriculó en el Instituto Superior de Arte, donde se gradúa en la especialidad de grabado, con una tesis dedicada a Tina Modotti- compañera sentimental y de lucha de Julio Antonio Mella- cuya figura ya había sido abordada en sus fotoimpresos de los años 70. La elegancia de esta serie de hermosas calcografías denota su amplio conocimiento técnico y la depurada sensibilidad de su abordaje estético en esta especialidad.

En la I Bienal de La Habana, en 1984, recibe dos importantes distinciones por la serigrafía Concepto de salto -Premio Internacional Espacio Latinoamericano, de París y Premio Nacional Francisco Javier Báez. Ambos galardones le sitúan como un artista de vanguardia, a tono con las circunstancias de apertura cultural y renovación de las artes plásticas cubanas en esos años. No sería ocioso significar que la secuencia de una banda de color, en el extremo inferior de esta obra, constituye una referencia explícita de su oficio de diseñador y de su interés apasionado por el uso del color y sus contrastes.

Enfoca su interés investigativo, de diapasón amplio y perspicaz, y conforma un amplio repertorio para su exposición personal Pinturas 1984-1986, presentada en el MNBA, en la cual hace gala de sus mantenidos ensayos creativos para lograr la concreción del lenguaje cinematográfico en sus lienzos. En esta ocasión, la figura del caballo constituye la idea central de la escena, en el cual prima el concepto por encima de la representación en sí misma. La fuerza vital que el artista le imprime al movimiento de las figuras, signado por un excelente dibujo de líneas vigorosas, que se centra en el uso adecuado de los colores, para propiciar la excelencia del conjunto.

La intensa energía que emerge de las manchas gestuales de color alcanza preponderancia e independencia en el lienzo y se entronizan por la fuerza que le imprime al caballo en movimiento. El protagonismo y la pureza de la línea distinguen su imaginario, donde combina la importancia del color con la ligereza del dibujo, las cuales le permiten transmitir ideas cruciales en la composición, así como la maestría en el uso del aerógrafo, que se advierte en sus espectaculares composiciones. El artista demuestra cómo la fuerza y el impacto del color siempre le seducen.

Su expresión artística se ve coronada por el éxito cuando a finales de 1987, decide adentrarse de lleno en la abstracción. Su afán por las potencialidades propias de la gestualidad propicia su serie de papeles Gestos descompensados, exhibidos en la galería Espacio Abierto, sede de la revista Revolución y Cultura, en 1989. Esta serie se inspira en la expresión del garabato, del dibujo sin control, suelto y vital, realizado de forma suelta, desinhibida.

A lo largo de su carrera ha trabajado más la abstracción que la figuración. En su desempeño pictórico no trabaja sólo con brochas, acude a la espátula, su principal instrumento para pintar las abstracciones. A partir de este momento, explora una amplia gama de versiones de un universo visual pleno de efectos y sutilezas, en el cual priman colores, texturas e improvisación, con un marcado gusto por lo ignoto y misterioso, apoyado en la referencia de textos en la composición.

Este abordaje constituye una muestra de su permanente afán de búsqueda por lograr con rigor lo inesperado. Crea composiciones de marcada sintonía espacial donde conviven los sonidos musicales de una pintura representada por una alquimia indescifrable de gestos y colores, en los que la poesía late en los sugerentes títulos, el vuelo poético y el audaz colorido.

Tras esta etapa, dedicada a lo matérico y concreto del arte abstracto, en los años 90, diversifica su mundo creativo. Asume la creación desde la aguda sensibilidad del goce estético y crea imágenes de gran aliento vital, pletóricas de sueños, con una visión nostálgica por el mundo de la infancia, resueltas con oficio y depurada técnica. Contrasta la representación del caballo físico y el caballo de madera e involucra a la figura humana que alude, a veces, a un niño que se recrea en un tiovivo. Empezó también a pintar elementos como la chistera, las pamelas, y asumió el tema del caballo junto a esos elementos. Concibe sus representaciones resueltas con realce y vital imaginación: Chistera resulta un bello homenaje a Toulouse-Lautrec, en un lienzo en el que involucra a hombres y mujeres, con sombreros, y de espaldas porque el rostro delos personajes no interesa, lo primordial es ofrecer la imagen de la muchedumbre. El tratamiento pictórico recrea la imagen del grupo, que admira a los caballos -reales o de madera-, los cuales coexisten en franca conjunción armónica en su discurso. Este conjunto patentiza su fascinación por la experimentación al potenciar el factor sorpresa, que constituye un ingrediente intrínseco de su personalidad artística.

Frómeta ha desarrollado una extensa carrera artística y, entre las últimas presentaciones de su quehacer se cuenta, en 2006, que expuso en Kuala Lumpur, Malasia. Exhibió, en 2007, Contra viento y marea, en la BB Gallery, Beijing, China, donde el público le acogió favorablemente cuando presentó una exposición de caballos, un tema que ya le había dado grandes satisfacciones y nuevamente alcanzó el éxito con el público y la crítica. Durante una estancia de casi cinco años de permanencia en esa nación, expuso cuatro veces con notable éxito en el gigante asiático, apreciado por ser un centro importante del arte contemporáneo, con ferias y bienales altamente consideradas por coleccionistas y marchantes de arte. Fue un gran momento de realización artística, ya que pudo experimentar con nuevos materiales e interactuó con colegas de distintas nacionalidades, con los cuales compartió conocimientos y técnicas en una franca relación profesional, que le aportó amplias experiencias y conocimientos.

Entre otras presentaciones de su quehacer, expuso en la ciudad de Zúrich, en 2015, en la Galería Artemorfosis, dedicada a la promoción de la cultura cubana en Suiza, lo cual representa un reto y un propósito loable en esta hermosa ciudad, famosa por atesorar valiosas obras de arte. Actualmente, el artista reside en Miami, ciudad que le proporciona nuevas opciones para la exhibición de su quehacer, que ya ha presentado en diversas muestras colectivas.

Su amplia y fructífera carrera profesional da fe de su creciente desempeño creativo a lo largo de su trayectoria, que se evidencia en el libro Gilberto Frómeta. Obra Pictórica, en el cual se ratifica cómo el artista cumplió el consejo que, en su época de estudiante en la ENA, le diera el maestro Jorge Rigol: “El verdadero estilo está en trabajar con sinceridad y sin tregua”. Desde entonces, Frómeta, el comunicador por excelencia, ha demostrado que hizo suyo este principio, el cual ha sido demostrado con creces en su amplio y diverso universo pictórico y gráfico, con variados estilos de representación, para reproducir en metáforas y colores su gran amor por la vida.

Hortensia Montero

Hortensia Montero

(La Habana, 1951) Master en Historia del Arte, Universidad de La Habana. Graduada de la Escuela de Museología, Museo del Louvre; de Museología General Contemporánea, Universidad París I; de Documentación y Archivo, Centro de Documentación de la UNESCO–ICOM, París. Desde 1975 es curadora de Arte Contemporáneo, MNBA. Fue Premio Anual de Investigación Cultural 2001, 2002 y 2003, Centro Juan Marinello y Premio Nacional de Curaduría, 2003 y 2006. Autora del libro Los 70: Puente para las rupturas. Profesora adjunta de la Universidad de La Habana.

Related Post

Publicidad

  • Editor in Chief / Publisher

  • Executive Director

  • Executive Managing Editor

  • Art Director

  • Editorial Director / Editor

  • Design & Layout

  • Translation and English copyediting

  • Spanish copyediting

  • Commercial director & Public Relations / Cuba

  • Web Editor

Publicidad

Boletín de Noticias Art OnCuba

* Este campo es obligatorio