Los buenos (artistas) solo existen en lo que hacen.
Oscar Wilde
La obra de Carlos Quintana es el reflejo de su estado de ánimo. Su mundo es su obra, y toda ella es, a su vez, acumulativa. No son posibles las separaciones precisas entre series o épocas en cuanto a la esencia, en todas hay de todo que sale de sí misma. La única ubicación posible está dada por la aparición de nuevos elementos, los que son añadidos al cuerpo como una rama a un árbol, literalmente. Otro elemento esencial de la obra de Carlos Quintana es su condición de objeto. Él mismo no ve sus óleos como pinturas, los ve como un todo, por eso mancha los marcos, y por eso lo mancha todo: los marcos, el estudio, él mismo. Su obra es también visceral, como visceral es su actitud hacia el arte, y hacia la vida. No intenta agradar a nadie. En un entorno donde las relaciones personales son determinantes… ¡Y cómo! -me refiero aquí al mundo del arte y “el selfie” como arma manipuladora de legitimación- tener una obra como esta te permite trabajar sin tener que agradar, porque hoy, más que antes, ser sólido en lo que haces te ahorra concesiones de todo tipo, y estas, lamentablemente, muchas veces definen.
El mundo creativo de Carlos Quintana es hermético, es un lugar a donde solo entra él, y ahí es donde está su obra, de la que vemos lo que él decide que veamos, y la que tampoco vamos nunca a descifrar. Todo ese mundo que “no vemos” es precisamente lo que nos sorprende porque aparece siempre de golpe, en formas y colores aparentemente fuera de control, y es esa su mejor herramienta: la insolencia creativa, estar en paz solo consigo mismo. Al final eso es lo único que te hace libre y es eso lo que más se percibe delante de una obra de Carlos: el tipo es libre, es completamente libre.
Otro aspecto que hace la gran diferencia para mí, es la de ser un lector voraz, y eso tampoco se ve, pero se nota. Creció entre libros, su padre trabajó en La Biblioteca Nacional de Cuba, allí Carlos pasó gran parte de su primera niñez, entre enormes libreros y olor a tinta y a viejos archivos. Y esa es una gran diferencia, porque la cultura es acumulativa y se alimenta de sí misma, y una vez más lo esencial es lo que no se ve: en este caso el background de una obra que impacta por todo lo que tiene detrás, y que también se alimenta de sí misma. Porque como siempre, y como en el arte también, todo es un problema de actitud.
Esta muestra es todo eso hasta hoy, y quizás esa sea la única forma de ubicarla en el tiempo.
Carlos Quintana es sin dudas, junto a otro artista, que no tengo que mencionar porque la muestra es de Carlos, el mejor pintor vivo de Cuba, porque se es insolente con un oficio solo cuando lo doblegas completamente.