Analepsis críticas (I)

Un acercamiento al arte cubano de la última década, a través de tres promociones artísticas

/ 22 junio, 2018

Antecedentes

El fenómeno de la parodia es eminentemente postmoderno, de ahí que en nuestro país –a mi criterio– se comenzara a realizar con total conocimiento de causa a partir de los ochenta. Antecedentes de esta exposición podrían ser muchos, puesto que en la actualidad la parodia se ha convertido en una manera muy lícita de enarbolar discursos estético-conceptuales. Sin embargo, existen artistas punteros dentro de esta tendencia: Lázaro Saavedra, Reynerio Tamayo, Rubén Alpízar, Eduardo Miguel Abela Torrás, entre otros.

Dentro de ese particular grupo, no todos trabajan a tiempo completo la parodia de la Historia del Arte [por ejemplo: Saavedra con sus detectores de ideologías o Tamayo mirando a fenómenos comerciales como Sotheby’s (Zootheby’s)]; sino que en ocasiones se valen de ella para dinamitar paradigmas asentados por la historiografía.

Dada la amplitud de este tema, tomaremos como referente sólo tres exposiciones (dos personales y una colectiva), acaecidas en los últimos cinco años (2011-2015): Maestro, ¿pudiera usted explicarme?, Babel y De metáforas y metamorfosis.

Maestro, ¿pudiera usted explicarme?: 2014, Galería El reino de este mundo de la Biblioteca Nacional José Martí. Autor: Eduardo Miguel Abela Torrás. Esta fue una exposición ecuménica, con una proyección universal y plagada de parodia –la cual en ocasiones deviene pastiche. Mira a Asia mediante intertextualidades con la obra de Takashi Murakami, a artífices de la Historia del Arte occidental como La Gioconda (Leonardo Da Vinci) o La familia de Felipe IV (Diego Velázquez), e incluso a artistas contemporáneos como Jeff Koons y Damien Hirst. El título parte de la caricatura de El Bobo de Eduardo Abela Villarreal (el abuelo del autor), específicamente en la serie en la que dicho personaje sube al cielo en la búsqueda de respuestas en la figura de José Martí (el Apóstol Nacional). La muestra es el resultado de una serie de interrogantes que atormentan al artista: ¿Cómo es hoy el proceso de legitimación de un artista? ¿Sigue siendo determinante el oficio? ¿A dónde llevará tanta hibridez y eclecticismo? ¿Cuánto ha influido e influye el mercado en el proceso creativo de un artista?[1]

Babel: 2015, Duodécima Bienal de La Habana, pabellón D6 de la Fortaleza Histórico-Militar Morro-Cabaña. Autor: Rubén Alpízar. En esta ocasión, el artista trae propuestas tridimensionales en madera, que simulan torres (de Babel, según las descripciones bíblicas y las interpretaciones que han hecho los artistas a nivel internacional). Adosadas a ellas aparecen imágenes de la Historia del Arte, casi siempre enmarcadas en límites arquitectónicos que simulan una ventana (con el claroscuro de la sombra incluido). Priman en esta exposición tanto la ambigüedad, como la autorreflexividad, la parodia pretendida humor popular y la singular creatividad de un artífice de la cita.

De metáforas y metamorfosis: 2011, Casa Víctor Hugo. Este encuentro, para citar clásicos de la Historia del Arte francesa (Las puertas del infierno de Auguste Rodin, El origen del mundo de Gustave Courbet y La muerte de Marat de Jacques Louis David) y autores claves dentro de ella (Toulouse Lautrec entre ellos), fue una exposición colectiva curada por Sergio Fontanella (entonces profesor de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana) y auspiciada por la Oficina del Historiador de la Ciudad. La nómina de artistas estuvo integrada por Rubén Alpízar, Lázaro Saavedra, Eduardo Abela, Reynerio Tamayo y Mauricio Abad. La apropiación fue el nexo que unió a estas obras, puesto que las mismas poseen gran diversidad en cuanto a estilos, formatos, técnicas, soportes y dimensiones. La apreciación de este tipo de obras demandó por parte del público un bagaje cultural determinado, para así poder decodificar los elementos añadidos que constituyen la ruptura con el original. Las críticas versaron respecto a la condición tercermundista (El origen del Tercer Mundo, de Reynerio Tamayo), a problemas de la vivienda (De las series La reconstrucción de los hechos y Pequeños vínculos, ambas de Rubén Alpízar), entre otras temáticas.

Nociones para entender la parodia

Parodia, intertextualidad, neohistoricismo y nostalgia son conceptos recurrentes cuando de posmodernidad se trata. Estos no sólo describen un fenómeno de nuestra atribulada vida contemporánea, sino que también atrapan y reproducen el modelo esquizofrénico de pensamiento del hombre del siglo XXI, quien ante la incapacidad de organizar su mundo toma aleatoriamente elementos de su pasado para fundirlos con otros de su presente. O sea, elabora una parodia partiendo de la hibridación de un sinfín de elementos diversos, que cual surrealismo no hallan relación orgánica al estar unidos.

La manera de narrar el arte cambió y eso puede que haya sido uno de los cortes más radicales sobre los que versan los teóricos; dado el hecho de que en lugar de buscar la integración del arte en la praxis vital partiendo de una proyección futura, ahora se mira una y otra vez al pasado, ya sea por añoranza, por hedonismo o con ansias de satirizarlo. Podríamos llamarle reciclaje, o quizás imitación, pero la cuestión está en que no se manifiesta a manera de plagio, sino de coqueteo atrevido con los grandes estilos y tendencias del arte, de los cuales se apropia al convertirlos en códigos operantes para un arte postmoderno que dista de la mímesis y se sustenta en la parodia mediante dos maneras de proceder fundamentalmente: 1) la copia de un fragmento determinado de la obra original para descontextualizarlo, y 2) la apropiación del estilo o maniera de un autor particular para enarbolar un nuevo discurso visual y conceptual.

Este arte llama a una reflexión sobre el pasado, pero incluso al parodiarlo lo legitima como último reducto de historicidad posible, ya que el sujeto postmoderno no logra legitimación histórica mediante sus prácticas artísticas, por ello su necesidad de mirar a lo ya transcurrido. La parodia quebranta su referente a parodiar, lo satiriza haciendo que pierda seriedad, pone en crisis su autoridad histórica y simbólica; pero, paradójicamente, a la vez que le da un acento risible, lo reafirma a partir del homenaje a ese paradigma en cuestión. Y es que al perder sentido en nuestro tiempo la originalidad y la genialidad como criterios de valor, la manera más inteligente de mantener la estirpe de artista es “lloviendo sobre mojado”, pero a través de una mirada e intención “otras”.

Al final, la exposición no será como tal los objetos cuadros colgados sobre las paredes de la galería, sino más bien los gestos o ideas de los artistas al respecto, ideas que han materializado en sus cuadros. No obstante, más que el gesto, es la “explosión” (concepto planteado por Iuri Lotman) que causan las piezas en la recepción del público lo que contaría como obra de arte, ya que el radio de acción, la onda expansiva, es lo que justifica la validez de una producción como ésta en la actualidad. Es más importante dinamitar los conceptos de los consumidores del arte que los recursos plásticos empleados en el proceso.

La cita de íconos de la Historia del Arte no es en medida alguna una novedad del contexto cubano, pues hace décadas atrás el Equipo Crónica hizo algo similar en España; sin embargo, cualquier pieza que parta de este principio siempre ha de resultar una propuesta atractiva. Este tipo de arte va dirigido a un público conocedor, o al menos enterado, de determinados hitos dentro de la Historia del Arte. Se trata de que los receptores identifiquen de inmediato las obras, tópicos o autores a los que se les realiza el guiño, ya sea a partir de las pistas dadas por los títulos o del aspecto morfo-compositivo. Una vez familiarizados, pueden hallar los elementos anacrónicos en cada una, y de esta manera, analizar la dimensión transgresora de los artistas cubanos al de-construirlas para re-significarlas mediante la parodia. (…)

[1] Fragmento tomado de las palabras de bienvenida (sobre la pared) a la exposición.

Dayma Crespo Zaporta

Dayma Crespo Zaporta

(La Habana, 1994). Licenciada en Historia del Arte. Profesora de Antropología del Instituto Superior de Arte (ISA). Miembro del Consejo Editorial de la Revista Universitaria UPsalón. Colabora con publicaciones como UPsalón, ArtOnCuba, A Mano, Cachivachemedia, D Aquí, etc.

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