Ad líbitum

Una exposición con toda la razón

/ 8 febrero, 2017

Con la intención de celebrar su primer año de trabajo, K-51 Open Studio [1] ha inaugurado recientemente una muestra que recorre la producción de veinticuatro artistas de la plástica nacional.

Enmarcados, como siempre, en la contemporaneidad de la propuesta, Ad líbitum nos presenta, en su primera edición, un catálogo que deriva desde la pintura, la escultura o el dibujo hasta la serigrafía, la foto instalación, la orfebrería y el cartel, el dibujo collage, el objeto fotográfico, el grabado collage y el videoarte.

Ad líbitum: […] queriendo significar «como guste», es una indicación musical que significa que el intérprete puede variar el tempo como lo desee durante el período que está indicado. Se utiliza cuando el autor cede al intérprete la posibilidad de ejecutar la música según su estado de ánimo. Se usa también para referirse a decisiones que se toman a piacere, es decir, centrándose en los intereses propios por encima de los demás […]

Como reza en la presentación del catálogo, Ad líbitum no intenta ser una exposición excluyente. Tampoco procura crear una norma sobre la versatilidad o el oficio. En todo caso, se erige como un ejercicio perceptivo sobre el arte, donde coinciden diferentes formas de la creación visual, para coexistir y dialogar en un espacio común. Es una reunión de amigos en la que prima la libertad, la espontaneidad y la creatividad. Cada cual intenta mostrar, a su manera, el espacio que le es vital y reconocer, en los demás, la unidad desde las más diversas formas proyectivas de la producción simbólica y visual.

Pero también esta muestra se presenta como un ejercicio artístico-pedagógico en tanto permite, como extensión del mismo espacio de taller, que los estudiantes de los distintos niveles y especializaciones de las Artes Visuales interactúen con los artistas y dialoguen sobre las múltiples posibilidades dentro de la producción simbólica.

Es por ello que, sin pretender ser ambiciosa, traza un recorrido por diversas representaciones generacionales que muestran a artistas de una reconocida carrera como Manuel López Oliva, con una de sus pinturas-máscaras; Ángel Ramírez con un ensamblaje de madera, cera y pan de oro; Gólgota con una nueva línea poco conocida de su obra hacia lo abstracto; Rocío García que nos presenta una de sus últimas serigrafías, Raúl Cañibano con una primera edición de su más reciente serie fotográfica; María Consuelo Mendoza con un dibujo collage de marquillas de tabaco o Alberto Valladares, con una pieza de orfebrería escultórica de alpaca y mármol verde; junto a otros creadores más noveles que se insertan con su obra para ampliar la panorámica visual de esta propuesta de estudio: Carlos Javier Alonso, que nos muestra una de sus pinturas monocromáticas expresionistas; Jorge Luis Rodríguez con la primera edición de una serie sobre fotografía constructivista; Reynier Suñol y sus dibujo collage de grandes dimensiones; Alfredo Sarabia con una instalación de fotografía adhesivada sobre cintas métricas; Pablo Víctor Bordón y Janler Méndez con dos videoartes; Favier Felipe Mesa con una matriz de grabado collage; Yamilé Pardo con una escultura instalativa; Rafael Villares (presentando al Dr. Salomón) con uno de sus objetos fotográficos; Alejandro Noda con una de sus pinturas sociales más recientes; Lázaro Ángel Lugones que rescata el Pop a través de sus pinturas lumínicas y Bernardo Alonso con sus increíbles naive.

También están presentes en Ad líbitum artistas como Julio César Pérez, con una escultura interactiva; Pedro González Pulido con dos de sus sillas cinéticas de mármol y acero; René Peña con una fotografía de su serie Untitled Album; Edel Bordón con uno de sus dibujos sobre cartulina cromada y Rafael Morante, Premio Nacional de Diseño 2015, con un impresionante cartel de cine sobre PVC.

Una totalidad cargada en la propia multiplicidad de estilos y lenguajes visuales que, gracias a la museografía de Antonio Fernández Seoane, termina por convertirse en una equilibrada estructura rítmica donde se sobre pesan las dimensiones de una escultura o una instalación contra las de una pintura o una fotografía. Y es en ella que resalta, precisamente, su principal valor pues se dirige a favorecer una lectura dentro de lo diverso y complejo, en lo discreto de cada uno de los referentes individuales que se expresan en la estética particular de cada autor.

Con este primer contacto, Ad líbitum, inicia el recorrido de lo que intenta convertirse en un espacio más para el disfrute y el intercambio —espontáneo y sincero—, de todos los que amamos las Artes Visuales. Con toda la razón.

 

[1] K-51 Open Studio se encuentra ubicado en Calle K No. 51 (sótano) entre Calzada y 7ma. El Vedado. Puede visitarse de lunes a viernes entre las 11.00 y las 16.00 hrs, o con citas previas por el teléfono 7 836 3984 o al correo: [email protected]

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Comments

Sergina Ceballos

17 junio, 2017

Muy completa muestra felicidades a los artistas, a la galería K-51 por su aniversario y mis buenos deseos por todos los logros que vienen!

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