Al pensar en arte cubano contemporáneo a priori nos resulta imposible diagramar una línea temática en común. Las propuestas discursivas son tan amplias como los espacios existentes para su difusión; y es que es característico de la postmodernidad la proliferación de tendencias, de artistas, curadores, críticos, marchantes y compradores. El arte en nuestro país está viviendo, con más fuerza que nunca, la experiencia de cohesión entre pintura, escultura, instalacionismo, conceptualismo, dibujo, performances, fotografía, video-art, video performances, nuevos medios, etc. Asimismo, hay quienes se decantan por la crítica social, por lo erótico, por la visualidad afrocubana, por el discurso de género, por el paisaje, el hedonismo, el consumismo o lo abyecto.
¿Pero qué pasa cuando los intereses de un artista sobrepasan los problemas sociales, cuando sus interrogantes se tornan en una reflexión acerca del arte en sí mismo y de la parafernalia teórica, crítica e investigativa? ¿Qué pasa cuando los medios altamente convencionalizados no bastan para la expresión individual?
Es así que Yornel Martínez propone una tesis, desde el más puro conceptualismo, sobre el arte postmoderno y su transcurso teórico durante los últimos cincuenta años. Statement, título de la exposición inaugurada el pasado 16 de febrero en el espacio alternativo El Apartamento, hace referencia a la cultura, la crítica, la postcrítica, entre otros saberes que conforman la base curricular de un artista contemporáneo. Asimismo, establece conexiones directas entre la creación personal y las teorías que han respaldado el inicio y la consolidación de movimientos, tendencias y metodologías hermenéuticas.
Su puesta en escena parte de la intervención total de las paredes del espacio expositivo con textos que van desde la introducción y definición de conceptos eminentemente posmodernos, hasta las disímiles referencias bibliográficas y citas de filósofos, catedráticos, artistas, escritores y teóricos tan renombrados como polémicos. Tal es el caso de John Cage, Jacques Derrida, George Bataille, Harold Bloom, Rimbaud y Lezama Lima. La propuesta resulta una suerte de mélange donde los links están dados por el artista, quien se encarga de enlazar coherentemente cada uno de los discursos patentes. En palabras de Yornel Martínez: “mi intención es crear una huella poética intraducible en términos del lenguaje”. Por tanto, queda explícito el objetivo de otorgarles nuevos semas a concepciones típicas dentro de la historia del arte con el fin de cuestionarse el valor de aquellos términos, técnicas interpretativas y clasificaciones que, de cierto modo, han creado los cimientos para futuras conjeturas sobre la creación artística.
Por otra parte, sitúa a grupos, movimientos y tendencias como Dadá, Fluxus, el arte póvera, mínimal y conceptual dentro de las posibilidades ideo – estéticas del siglo XX debido a la apertura del arte visual a nuevos mecanismos expresivos. A su vez, los entrona como deudores de Marchel Duchamp y del object trouvé, sin quien no hubiese sido posible el libro – objeto, la poesía visual, y el letrismo que, en esta ocasión, se hacen ostensibles en su retórica. Yornel Martínez realiza un juego interpersonal con el receptor en el que destacan la premisa del arte por el arte y del gesto inherente al respaldo teórico – conceptual. Es precisamente en este último donde se alcanza, la mayoría de las veces, una comprensión total de las piezas; y donde se consigue otorgarle valores positivos o negativos al autor y su obra. No es fortuito, entonces, que una de las paredes de la galería haya sido escogida para las referencias bibliográficas que existen acerca de él en revistas, blogs y catálogos. Es gracias a esas múltiples publicaciones, y a la firma de relevantes intelectuales en el acontecer de la plástica nacional, que le es posible al creador configurar su fortuna crítica, su fundamentación, su statement.