La extensa obra de Wifredo Lam (…) continúa ofreciendo posibilidades interpretativas a partir de cuidadosos estudios, que se manifiestan en prácticas curatoriales contemporáneas de muy diverso tipo. El Centro de Arte que lleva su nombre, fundado en 1983 y ubicado en el corazón de La Habana Vieja, celebró en diciembre pasado el 110 aniversario de su natalicio con una exposición titulada Wifredo Lam: entre la pintura y el grabado. El curador de la muestra, José Manuel Noceda, es un experto en su vida y obra, y viene desarrollando esa labor desde la puesta en marcha de la institución.
Pintura, grabado, collage, pasteles y dibujo fueron integrados en un discurso curatorial que tomó en cuenta los años en que fueron realizadas esas piezas para, desde tal punto de partida, conformar secciones que evidenciaran algunas sugestivas tendencias y obsesiones del artista. Otra idea que prevaleció en la curaduría fue que el espectador comprendiera aquellos caminos por los que Lam entraba y salía a su antojo cada vez que emprendía viajes en busca de un lenguaje personal, y así expresar la fuerza de símbolos y signos pertenecientes a culturas ancestrales y modernas lamentablemente incomprendidas aun pero, sobre todo, marginadas de los circuitos internacionales de arte. (…)
La exhibición «condensa» algunos de sus mejores momentos y períodos creativos, poco visitados o revisitados por públicos diversos. Cuando creíamos conocer bien su obra, de estos pequeños y medianos formatos emergen con claridad y fuerza sus códigos formales, su belleza impar, sus emociones vertidas en cada trazo, línea, mancha o representación, y volvemos o iniciamos un camino nuevo hacia el conocimiento cabal de uno de los grandes artífices del arte del siglo xx.