El libro El muralismo y los muralistas en Cuba, presentado por la Editorial Boloña, La Habana, en soporte digital, muestra el intenso y acucioso trabajo investigativo realizado por su autor, el investigador Luis García Peraza.
(…) La motivación del autor es mostrar información sobre esa producción artística, relegada a las sombras y de tanta importancia para la historia del arte cubano, pues forma parte de las imágenes integradoras del ámbito arquitectónico y urbano, del llamado arte público y del arte popular. Para cumplimentar su deseo García Peraza ha estructurado la indagación de manera clara y racional, tal y como se aprecia en el índice del trabajo, en el cual se precisan los aspectos fundamentales desarrollados, así como la incorporación al texto de otros especialistas que han trabajado sobre el tema. Se considera de interés la lectura del prólogo del doctor en Ciencias sobre Artes Avelino Couceiro, que con su valoración aporta al reconocimiento del presente título.
No obstante, el autor no ha trasmitido solo información –lo que de por sí sería valioso– sino que ha hecho historia del tema; ha incorporado sus criterios sobre el mismo y, en definitiva, ha establecido una metodología científica que abarca una pluralidad de fuentes, una precisión de su tema de estudio y de los propósitos bien definidos de su obra, tales como: que se conozca el desarrollo del mural en Cuba; que se estudie su significación en el contexto de su devenir histórico cultural; que se sienta la presencia de esta producción simbólica en el debate de los congresos internacionales; que se rastreen y se muestren imágenes significativas y desconocidas en muchos casos para el público; que se promueva su conservación y restauración; así como ofrecer las referencias de primera mano sobre sus creadores en el país.
El principal mérito del autor, por el cual merece tributo, ha sido y es la defensa de una expresión artística vinculada en el siglo xx con la vanguardia cubana y el aliento del muralismo mexicano de marcado carácter revolucionario. En ese sentido, García Peraza valora ese discurso artístico novedoso que se presentó con un marcado carácter social e ideológico, justo por esos rasgos relegado en su contexto histórico y, lamentablemente, poco estudiado hasta el presente.
Por ello resulta imprescindible posicionar al mural en el mundo globalizado actual, para exponer sus potencialidades artísticas y comunicativas e incrementar otra forma de relación estética, mediante nuevas miradas a esta importante zona del arte cubano, de carácter social y proyección pública. (…)