No caben dudas que Rafael Domenech (1989) se ha esmerado en seguir aquel consejo de Arthur Rimbaud: “seamos avaros como el mar”. Graduado de la Academia San Alejandro, La Habana, Rafael decide mudarse a la Florida bien joven, rozando apenas los 20 años, y a los seis meses de llegar ya había expuesto en solitario dos veces en West Palm Beach, lo cual puede considerarse como un buen average.
(…) Cuidadosa fue la museografía de Middle Ground (segunda expo realizada en West Palm Beach). (…) Con Middle Ground Domenech continuó una línea que ya venía desarrollando en sus presentaciones anteriores en La Habana. El scratch, el grafiti1 y la costumbre de escribir slogans inacabados lo acercan mucho a Basquiat y al arte cubano producido en los años ochenta. (…) A partir de esta muestra su vida en los Estados Unidos comienza a definirse: premiado con una beca de Pintura que aún mantiene en la New World School of Arts de la Florida, Rafael comienza a adentrarse en los “secretos” de la acuarela, en la realización de maquetas exquisitamente resueltas, y a sustituir la tela por la cartulina. El mundo del diseño que lo rodea por todas partes comienza a hacer de las suyas en la poética de este creador, que inicia una etapa de búsqueda formal llena de híbridos, donde conviven viejas marcas usadas por él con nueva información visual del contexto.
(…) En el mes de noviembre de 2013 inauguró su muestra personal Symplectic Structures2 en la galería de la New World School of Arts de la Florida. Incluyó una serie de collages y esculturas que realizó con materiales encontrados y recolectados por él: cajas plásticas, acrílico transparente, tape, fragmentos de cartulina… Rafael está confiscando la forma a la realidad, como si el trazo, el recorte y la línea fueran lo único legítimo. Y lo está haciendo con una elegancia increíble. Haga lo que haga, él lleva el rigor del oficio al extremo como base de toda especulación posterior. De su anterior serie Bunkers tomó la idea de la construcción, la despojó de referencias culturales y se enfocó en el origen, en el diseño y la ingeniería, en la geometría, para ser exactos.
(…) Puede relacionarse esta nueva serie con el constructivismo y la faktura rusos, así como con obras muy puntuales de la abstracción americana y cubana, pero hay algo seductor y supongo que nuevo en todo esto: Rafael se desentiende de la noción de lo útil, del pragmatismo ideológico y –lo más importante– demuestra que en la geometría puede haber detenimiento y contemplación. Eso siempre está garantizado en sus obras. Ya no está en el middle ground, ni en el guión medio, ni tiene otra preocupación que no sea el proceso creativo. Ahora está en el arte mismo.
- Dan fe de ello los grandes muros que construyó en San Alejandro, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales y para la muestra Ya sé leer, en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, todas en La Habana.
- Se aproxima otra, a dúo con María Martínez-Canas. Se trata de exquisitos collages geométricos a partir de las fotografías del artista.