Tengo que decir esto, el arte de Susana Delahante me inquieta, el arte de Susana, me turba. Hace tiempo estoy pensando en esta frase: el arte no debe de ser inocuo. Hay algo que es vital para mí, y es eso que me ha dado por nombrar –o a muchos otros– “la experiencia humana en el arte”. (…) Una de las primeras obras de Susana: Pase, Acceso Ilimitado (2004) consiste en una serie de fotos tiradas en la morgue a cuerpos de mujeres asesinadas en los cuales superpone su propia imagen. (…)
Supongo que esa consciencia del cuerpo en el mundo, esa consciencia de ser, esa empatía, la llevó a pensar con más fuerza en su propia muerte, en su propia vulnerabilidad. En la serie de fotos titulada Posibilidades (obra en proceso) Susana incluso empieza a representar su muerte para poderla ver desde afuera, para ser testigo de ella, anticiparse al hecho, o quizás, y esto es mera suposición, para tratar de dar vueltas alrededor de una idea y mirarla en todas direcciones tratando de agotarla en el pensamiento. (…) Con El escándalo de lo real los límites volvían a moverse, límites éticos, prejuicios, miedos. En esta pieza Susana se sometió a una inseminación artificial empleando el semen de un donante anónimo luego de su muerte. (…) “El hijo no era parte de la pieza, era un resultado de ella, no la obra.”, me dijo. Desafortunadamente el niño no pudo nacer. (…)