Tras siete largas décadas en Nueva York, Carmen Herrera Nieto (La Habana, 1915) es todavía uno de los secretos mejor guardados del arte americano, así como para la escena del arte en Cuba. Su imagen y su trabajo han estado rodeados por un manto de silencio que la exposición Lines of Sight (Septiembre 16, 2016 – Enero 2, 2017) en el Museo Whitney de Arte Americano ha ayudado a develar.
Lines of Sight fue curada por Dana Miller, antigua curadora de la colección del Museo Whitney, y se centra en los años en que Herrera desarrolló su estilo, de 1948 a 1978, en los que viajó intensamente entre Nueva York, París y La Habana. La exposición recoge una significativa selección de cincuenta piezas entre dibujos, pinturas y esculturas –o Estructuras, como las llamaba Herrera.
Para Carmen Herrera el camino ha sido solitario, silencioso y largo, pero su determinación y visión la han ayudado a mantenerse enfocada, caminando a través del tiempo como si este fuera un vasto y caluroso desierto, sin tener miedo, sin solicitar favores o adulación, yendo sola y con dignidad, cada paso hacia delante.
“Siempre me ha fascinado el tiempo”, mencionó Herrera en una entrevista, y continuó filosóficamente: “El tiempo en realidad no existe.”[1] Después de una larga vida, hoy con 101 años de edad, vive para ser testigo de un reconocimiento largamente esperado, muy merecido, en el mundo del arte internacional.
Lines of Sight no es solo la primera retrospectiva de Carmen Herrera en uno de los principales museos internacionales;[2] es también una forma de reivindicarla como artista internacional sin acudir a sus orígenes cubanos/latinos, pero también sin cuestionar con seriedad su ausencia de la narrativa histórica del arte internacional. Puede que después de setenta años viviendo y trabajando en Nueva York junto a algunos de los más relevantes artistas estadounidenses, esta sea una bienvenida oficial al canon del arte americano, un gesto que solidifica su estatura como una de las más notables artistas visuales femeninas del siglo xx.
(…) En el Museo Whitney el espacio de exposición está dividido en cuatro grandes secciones que siguen un camino cronológico: “París 1948 – c. 1954”, “Nueva York, 1954-1965”, The Blanco y Verde Series 1959-1971”, y “Painting, Drawing and Estructuras, 1962-1978”. Las obras de arte destacan en el ambiente sofisticado, pero sencillo, del nuevo edificio Renzo Piano. Los textos de pared son mínimos y permiten a la obra de arte destacarse por sí sola, y en voz alta destacan la innovación y larga visión de Herrera.
(…) La exposición cuenta con un extenso catálogo con ensayos de la curadora Miller, quien brinda un resumen de la relevancia de la obra de Herrera, así como de tres historiadores de arte: Gerardo Mosquera, quien presenta sin éxito la relación de la artista con Cuba, Serge Lemoine, que escribe sobre sus años en París, y el Profesor Edward Sullivan, quien brinda una perspicaz perspectiva de su posición como artista latinoamericana.
[1] Obrist, Hans Ulrich. Carmen Herrera. The Quiet Revolutionary, Phillips de Pury & Company, Nueva York, 20 de septiembre de 2010, p. 37.
[2] En los Estados Unidos Herrera ha tenido varias retrospectivas en instituciones que ya no existen. Carmen Herrera. A Retrospective 1951-1984 (diciembre 19, 1984 – enero 19, 1985), The Alternative Museum, Nueva York; Carmen Herrera: Five Decades of Painting (mayo 17-julio 31, 2005), Latin Collector, Nueva York y The Forms of Silence: Carmen Herrera Abstract Works 1948-1976 (sept. 21-nov. 13, 2005), Miami Art Central, Miami.