Hacia los días finales del verano del año 2014 fue inaugurado en La Habana el 6to. Salón de Arte Cubano Contemporáneo (SACC) en tres sedes: El Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV), el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam y la Fototeca de Cuba, las cuales acogieron las obras seleccionadas, principalmente, por un equipo de especialistas del CDAV. (…)
En esta sexta ocasión (…) se dedicó a indagar en los aspectos reflexivos, críticos, paródicos, irónicos, suficientes e insuficientes, de una zona de nuestras producciones artísticas (fotografía, intervenciones, instalaciones, multimedia, arte sonoro, arte en red, game art, media performance…) en medio de un “particular y contradictorio espacio cultural, marcado profundamente por sus limitaciones tecnológicas y económicas; en un sorprendente estado de desconexión-conexión, lowtech”, acotado y subrayado esto último por sus organizadores. (…) Proponerse tal indagación, investigación, reflexión, o como quiera llamársele, en torno a tan espinoso, claro y reconocido asunto en nuestra sociedad y tratar de llevarlo al campo del arte (aun cuando se afirme que la parodia, la burla, la denuncia pueden lograrlo, no obstante), es en mi opinión algo más que una ilusión, más que un delirio afiebrado, más que una manifiesta vanidad que solo puede conducirnos a la autocompasión y que, por regla general, termina casi siempre con otro reconocimiento más de nuestra maquillada pobreza tecnológica y económica.
(…) Si se trata de un Salón “curado”, algo válido sin lugar a dudas, de arte contemporáneo cubano, entonces debemos tomar en cuenta en su totalidad esta compleja denominación e incluir todo lo producido hoy en el país y no solo una franja estrecha: de lo contrario, se trata, válido también, de una exposición más en el escenario institucional.
(…) Lo interesante para este tipo de evento de gran magnitud (al que ojalá no se le siga llamando Salón) es que puedan descubrirse también no solo obras excepcionales, nuevos valores (emergentes o no) sino a la vez procesos investigativos de honda raíz contextual, acordes a nuestro mundo, este que vivimos día a día, como fundamento esencial de gran parte de la producción simbólica contemporánea.
Tomar en cuenta tantas y ricas particularidades incita, con toda probabilidad, a una mayor reflexión dentro de la propia escena artística cubana como en su relación con el público.
No nos dejemos obnubilar por los brillos de un oro reciente. El oro ha brillado desde siempre.