Ubicada en BadSteben, pequeña ciudad de la Alta Franconia alemana, al sureste del estado de Baviera, la colección Schreiner de gráfica cubana contemporánea ha superado sus veinte años de existencia. (…) Sin embargo, para muchos en Cuba es una incógnita y los pocos que saben de ella la recuerdan como una vaga referencia.
(…) La exposición Kuba Ok. Arte actual de Cuba, curada por Jürgen Harten y Antonio Eligio (Tonel) en el verano de 1990 en la Kunsthalle de Düsseldorf, atrajo la atención de Ludwig sobre el arte cubano de esa década a tal punto que terminó comprando casi todas las obras allí exhibidas. A partir de aquí se inició una intensa relación con La Habana. Precisamente, en uno de sus reiterados viajes a Cuba, Ludwig y su esposa Irene invitaron al los Schreiner a pasar unas vacaciones conjuntas en la Isla. Lo que en noviembre de 1993 debió haber sido una mera gira de placer para este matrimonio, pronto se transformó en un viaje de descubrimiento. (…) La Habana se dio en pleno auge del período especial. Uno de esos históricos contextos donde la sensación de aislamiento, abandono y necesidad de sobrevivencia alcanzaron en la Isla, en palabras de Lezama, su “definición mejor”. Aterrizar en medio de un panorama tan desolado y ser testigos a la vez de
un arte que, por encima de tantas dificultades a todos los niveles, se encontraba en plena efervescencia,
fue algo que impactó profundamente la sensibilidad y percepción artística del matrimonio Schreiner.
(…) Además de eso, el contacto con Belkis Ayón y su obra fue también de vital importancia. (…) A través de la arrolladora personalidad de Belkis y sus conocimientos de la escena del arte contemporáneo cubano, Stefanie y Wolfgang lograron entrar por una vía muy diferente en lo que en esos primeros años noventa era para estos expertos en gráfica euroriental un territorio totalmente novedoso y complejo. (…)
