Expansión y compresión. Detrás de las flexiones de una XIII Bienal de La Habana

Entrevista a curadores del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam

/ 23 julio, 2019

Ticio Escobar se refería al fenómeno del arte como acontecimiento, experiencia viva y apertura a dimensiones que sobrepasan el ámbito de la forma estética. Fue quizás esa búsqueda incesante de generar otro tipo de sinergias el motor impulsor de la recién finalizada XIII Bienal de La Habana, que por esta ocasión asumió nuevos roles y expandió su trama en más de un sentido. Desde su concepción, más que saberse un preconcebido espectáculo, se reconoció como un escenario abierto y susceptible, dispuesto a afrontar todos sus retos.

Las peripecias y desafíos, las nuevas maneras de intercambio y colaboración; el carácter multidisciplinario de los proyectos; la inclusión de otros ejes de acción fuera del histórico entramado de la bienal; fueron algunos de los cuestionamientos que salieron a la luz en esta entrevista realizada en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam a algunos de sus más importantes curadores.

 

Margarita González

¿Pudieras subrayarme tres elementos importantes de esta XIII Bienal de La Habana?

Uno de ellos, en mi opinión, fue la organización de las jornadas teóricas, con una frecuencia semanal, lo que permitió mantener al público a la espera de nuevas conferencias y paneles, y no como un bloque homogéneo como se había hecho en años anteriores (…). Unido a esto, tuvimos la suerte de contar con invitados de lujo, muy reconocidos en el mundo del arte (…).

La presencia de las provincias como invitadas al evento, puedo calificarlo como otro aspecto distintivo. (…)

¿Cuál ha sido, a su parecer, el impacto de este evento en la escena nacional e internacional?

Ha sido positivo, con amplia ganancia para el público nacional y los visitantes internacionales. Se logró traer a Cuba a importantes artistas del arte contemporáneo hoy día, se realizaron grandes y buenos proyectos como parte de la bienal, se entregó un Doctorado Honoris Causa, entre otras acciones importantes (…).

 

Nelson Herrera Ysla

Desde los inicios, en palabras al catálogo quedaban anunciados todos los retos que debía o debió sortear esta Bienal desde su concepción. ¿Crees que estos desafíos fueron superados en mayor o menor medida? 

El primer y gran reto de la Bienal fue hacerla, cuando creíamos que no seis meses atrás. Y se logró y fue superado en cierta medida. Todos los espacios pensados fueron ocupados por las obras de numerosos artistas y pudimos así satisfacer muchas expectativas del público. (…) Su extensión a otras ciudades del país fue una de las mejores ideas que tuvimos pues resultaron muy valiosos los proyectos de Pinar del Río, Matanzas, Cienfuegos y Camagüey. Nos enviaron señales positivas en varios órdenes. Pero no superamos la calidad de las obras respecto a las bienales anteriores aun cuando se presentaron obras valiosas: estuvo por debajo en este aspecto tan importante. Se hizo…lo que se pudo, dadas nuestras más que difíciles circunstancias que vivimos. (…)

El Corredor de Línea fue el proyecto de colaboración de mayor magnitud que presentó el evento. ¿Posee esta iniciativa algún antecedente o se conoce de un proyecto análogo en alguna parte del mundo?

El Corredor de Línea es un proyecto audaz, único y de incuestionable magnitud. No hay antecedentes en el país salvo algunas cuadras, rincones, plazas, parques, que han sido pensados para ofrecer actividades culturales al público. El Corredor es más que eso. Está pensado desde la cultura, desde dentro, y no está impuesta o programada aleatoriamente. Es la regeneración de una zona importante de la ciudad, de su revitalización acorde con las nuevas exigencias de arquitectura y diseño: dotar a la ciudad de un foco de atención que contribuya al bienestar de sus habitantes sin depender necesariamente, o siempre, de sus glorias pasadas, de su historia. Es devolver a La Habana su modernidad perdida, dislocada en los últimos años. (…)

 

Lisset Alonso Compte

¿Qué continúa distinguiendo a la Bienal de La Habana?

En una ocasión Nelson Herrera Ysla definió a la Bienal como una de las “hazañas colectivas” del pueblo cubano que merece la pena ser contada. (…)

La interacción con los públicos más diversos, emanada del uso de los de la ciudad como lugar privilegiado, la incorporación de talleres y foros de debate a la estructura de exposiciones, y la presencia de artistas y expresiones culturales poco conocidas y legitimadas hasta entonces, dieron paso al nacimiento de un nuevo paradigma que desde entonces ha sido utilizado como referente para la concepción de eventos similares en el mundo.

La que comenzó siendo una bienal dedicada al arte latinoamericano sumó ya en su segunda edición a artistas de Asia, África y Oriente Medio, y definió un modelo investigativo marcado por la importancia de los vínculos entre la producción artística y los contextos sociales en que se materializaba. Asimismo, se propuso orientar el debate y la selección de obras y proyectos hacia cuestionamientos que estuvieran en consonancia con las inquietudes artísticas del momento y que respetaran la idea  primaria de privilegiar el multiculturalismo y la diversidad de disciplinas.

Aunque es evidente que en las ediciones más recientes se ha producido un mayor acercamiento a artistas reconocidos y espacios de consagración internacional, la Bienal ha continuado apostando por geografías y creadores con propuestas contrahegemónicas y descolonizadoras, así como por procesos artísticos que se hallan casi siempre al margen el mercado. (…)

A pesar de ello, se continúan ensayando nuevos caminos de entendimiento que permitan darle vida a una plantilla flexible que más que dar forma sea capaz de adaptarse y darle seguimiento a los procesos creativos contemporáneos. Fue así que la recién concluida edición decidió extenderse no solo a barrios periféricos de la ciudad, algo que ya se ha hecho habitual, sino a otras provincias del país en un intento, creo que positivo, de llamar la atención hacia procesos culturales que de una manera natural se han venido desarrollando en contextos alejados del foco habanero.

Yanet Oviedo Matos

Yanet Oviedo Matos

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de La Habana. Conferencista, curadora, productora y crítico de arte. Actualmente se desempeña como especialista en Artecubano Ediciones y colabora con la Fototeca de Cuba. Es editora de la revista digital CUBAFOTO.

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