En junio del presente año el MuVIM (Museo valenciano de la imagen) inauguró una exposición de carteles cubanos realizados entre 1959 y 1989, muchos de los cuales han recibido premios internacionales a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y constituyen en la actualidad objeto de múltiples exhibiciones en diferentes ciudades europeas.
Los carteles expuestos fueron realizados en las principales instituciones culturales creadas después del triunfo de la Revolución en 1959, a saber, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), fundado en marzo de 1959, al que le siguió la Casa de las Américas y más tarde, el Consejo Nacional de Cultura (CNC), a cargo de las cuales estuvo la ampliación del horizonte cultural del país. Desde entonces, junto a representaciones teatrales de obras emblemáticas de la historia de la dramaturgia mundial, comenzaron a proyectarse filmes de culto, europeos y norteamericanos y se multiplicaron los eventos nacionales e internacionales para cuya divulgación se utilizó el cartel, medio que con anterioridad no había disfrutado de un particular desarrollo en la Isla y que dejaría con el tiempo el testimonio gráfico de aquella intensidad cultural que definió esa etapa histórica.
Dicho medio fue utilizado también para la propaganda política y en los comienzos sus expresiones, devenidas un arte de incitación y participación, fueron deudoras de cánones cercanos al realismo socialista. Sin embargo, muy pronto, se fueron haciendo más creativas, al crearse un departamento artístico en el Departamento de Orientación Revolucionaria al que fueron atraídos algunos diseñadores provenientes del ámbito cultural quienes le imprimieron un nuevo sello a las campañas políticas mediante la utilización de imágenes de mayor diversidad visual. Muestra de ello es la obra realizada por figuras como Rafael Morante, Olivio Martínez, Félix Beltrán y Alfredo Rostgaard, creadores de piezas paradigmáticas en la época.
El ICAIC, por su parte, reunió a pintores hasta entonces ajenos al diseño gráfico quienes, junto con antiguos publicistas formaron equipo con las nuevas figuras surgidas en los sesenta, se ocuparon de la divulgación de los cientos de películas extranjeras proyectadas a lo largo del país, así como de la producción nacional. (…)
Como se pudo apreciar en esta muestra, a través del cartel cinematográfico se ponen en evidencia las poéticas de numerosos diseñadores, así como la diversidad estilística de sus respectivas trayectorias (…)
Por razones de espacio, no fue posible abarcar la obra de todos los artistas que protagonizaron el desarrollo del cartel cubano durante las tres décadas que abarcó esta muestra. No obstante, la selección realizada permitió dar fe del extraordinario desarrollo que en aquellos años alcanzó el cartel cubano y los trabajos exhibidos son un ejemplo de la trascendencia de los mismos como testimonios excepcionales de la época que ilustraron. (…)