Cuba. Tatuare la storia ha sido propuesta como la exposición más amplia realizada sobre el arte cubano contemporáneo. Por esa peculiaridad se coloca en la lista de las grandes colectivas con tema nacional que, a partir de la mitad de los años noventa, han tenido lugar fuera de Cuba, con la intención de ofrecer una profunda mirada sobre el fenomeno cubano y facilitar su colocación en el panorama artístico internacional.
Hasta el próximo 12 de septiembre será posible visitarla en el PAC de Milán, Pabellón de Arte Contemporáneo. Entre las obras encontramos trabajos recientes o incluso site specific, y otros que pueden definirse como clásicos, de los 31 artistas invitados. Hay diferentes generaciones que se enfrentan, “una constelación descentrada de experiencias y actitudes artísticas” como se lee en la nota de prensa; la mayoría de los nombres seleccionados ya habían exhibido en Italia, algunos incluso en eventos prestigiosos como la Bienal de Venecia.
Una muestra tan amplia ofrece muchos argumentos sobre los que reflexionar: el cuerpo como lugar de intervención, la búsqueda de la identidad, la característica trans-territorial de la cultura cubana y el problema de la emigración, la censura. Son muchos los recorridos que pueden seguirse, por eso hay que elegir cuáles tratar para no perderse en la multitud.
Cuba. Tatuare la storia es el título elegido por los coordinadores Diego Sileo y Giacomo Zaza para subrayar metáforicamente cómo los acontecimientos cubanos dejaron una marca indeleble en el corpus de la historia mundial del siglo xx, justo cuando los cambios políticos internacionales han encendido los reflectores sobre el país y crece el interés por conocer Cuba también desde un punto de vista artístico. El arte cubano, como sucedió ya hace años, debe enfrentarse con las expectativas de Occidente y elegir si aprovechar su ventaja o refutar los falsos mitos que se construyeron a su alrededor. Would you like to buy my misery?, la frase de Luis Gómez, me parece la más adecuada para expresar esta obsesión. Un sueño Sufi (2011), este el nombre de la obra, es una clara referencia a la mercificación del arte. Imagino que parte del público que visitará la exhibición tendrá similares prejuicios y me pregunto si esta será la ocasión para confutar algunos y abrirse a un determinado relativismo histórico. ¿Cuál es la idea de Historia dentro de la Isla, y no la idea de Historia que se ha formado sobre la Isla? (…).